viernes, 25 de noviembre de 2011

Iconografía imperial en la imagen de Jesús de las Cadenas.

En esta entrada (con la brevedad que nos caracteriza), vamos a ver de otra forma la Imagen del Señor, vamos a intentar asimilar su iconografía a la del retrato imperial romano, para ello vamos a pasar a analizar los atributos que nos llevan a titular de esta forma estas breves notas.
El manto que luce la imagen del Señor y que conocemos como Clámide nos hace referencia al paludamentum romano, una prenda que habitualmente era utilizada por comandandantes militares, su color solía ser escarlata y tenia un formato rectangular, valiéndose para su colocación de un broche, generalmente metálico que servia de unión de la pieza en el hombro izquierdo y que hacia que la prenda cayese por la zona trasera de la espalda y piernas. En los evangelios se hace mención de esta prenda durante el escarnio, y la describen como de color púrpura, este pigmento  se obtenía de un tinte descubierto por los fenicios que se extraía de un molusco marino, el purpex,  aunque en Huelva lo conocemos popularmente como “cañailla. Era el tinte más caro y exclusivo y su uso era signo de riqueza y alta posición. Había varias tonalidades, más claras o más oscuras, pero la más utilizada era, entre el granate y el morado. Este  era el color de la franja de la toga de los altos magistrados y de la toga triumphalis que llevaban los generales victoriosos que celebraban el Triunfo.

Reconstrucción de la policromía del
Agusto Prima Porta
20 d. C.
Por otro lado, otra pieza de carácter imperial que se menciona en los evangelios es la corona de espinas, poseyendo esta  un matiz claramente peyorativo, y es que su origen podemos relacionarlo con las coronas utilizadas por los emperadores siendo estas realizadas en este caso con ramas de Laurel. En la iconografía clásica, este árbol estaba asociado a través de sus mitos al dios Apolo, patrocinador de los ganadores, en especial de poetas y deportistas aunque finalmente este atributo de la victoria se extendió a todos los campos, incluido el militar. Consiguiendo con esto que todas las personas que saliesen victoriosos de cualquier certamen fuesen coronados con este preciado trofeo, el cual por ende y como símbolo de perpetuo triunfo solía orlar la testa de los retratos del emperador.


Apolo, (detalle).
La Fragua de Vulcano
Diego Velázquez,  1630.
Por ultimo y para no extendernos más, siguiendo los evangelios, vemos una última pieza que podemos relacionarla con este estudio. Tras vestirlo y coronarlo de espinas  a Jesús se le ofreció la caña, este elemento viene a representar un cetro, pretendiendo evocar con ella el bastón de mando de los magistrados y que los generales victoriosos solían  portar al recibir los honores de triunfo en sus entradas en  las Ciudades.
Tras la lectura de estas breves  notas esperamos que la fase “¡Salve Rey de los Judíos!” adquiera todo su significado y comprensión alegórica.

Jesús de las Cadenas
Portando clámide, corona de espinas y caña
Marzo 2004.


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