domingo, 12 de febrero de 2012

La corona de plata de Ntro Padre Jesús de las Cadenas


Una pieza de gran valor del ajuar de nuestro Titular cristífero es la presea argéntea, joya que evoca tiempos antiguos y muestra una estampa de singular beldad. Sabemos por las actas de la Hdad, que fue regalada por un devoto anónimo en 1914 junto a la corona también de plata de la Señora (la segunda). Estamos pues, al borde del centenario de las dos coronas. De la del Señor que es la que nos ocupa, interpretamos que fue realizada por la conocida platería Meneses de la capital vecina, ya que hasta antes de la restauración era visible el sello del taller en la misma. Como particularidad, cabe destacar la forma de un corazón en la parte posterior, elemento que servía para ajustar la corona a la cabeza del Señor y evitar vibraciones. Lo decimos en pasado; en efecto en la actualidad carece de funcionalidad al eliminarse la fijación de la sagrada testa en las modificaciones de finales del siglo pasado.

Sobre los propios arreglos de la pieza en cuestión, en 2005 es intervenida levemente por Joaquín Ossorio y en 2008 plateada de nuevo por los Hnos Delgado; es una corona clásica en su ejecución con pocas vueltas, sólo alterada por los incisivos espinos. Estos postizos tales como la presea, se deben a la corriente del naturalismo aplicada a las imágenes procesionales; incluso a Jesús de las Cadenas era frecuente verlo también con sudario de tela, así como otras imagénes han llevado pelucas y otros accesorios.

No nos debemos olvidar que prácticamente en la totalidad de estos casi cien años de la corona de espinas plateada, el Señor la ha llevado durante todo el tiempo en el altar, en los cultos y en la Salida procesional. A partir de la década de los ochenta cayó en desuso y, desde entonces, la ha lucido en contadas ocasiones -Besapiés de 2004 y 2009; Besamanos extraordinario de los Servitas en 2008; Difuntos de 2007 esta vez en la Dolorosa-. No entendemos el olvido injustificado de esta presea de gran mérito no sólo dentro de la Cofradía de Los Judíos, sino de la Semana Santa de Huelva. Nos parece recordar que, únicamente en nuestra ciudad, la Hdad del Nazareno cuenta con una corona metálica en su patrimonio que es llevada ocasionalmente por la Virgen de la Amargura (reliquia de la primitiva escultura de Jesús Nazareno), elemento pues personalísimo de nuestro Titular. Y ahondando más en la herida, cuando en los últimos tiempos con la recuperación del uso de la corona en el Señor de las Cadenas, se ha decantado por coníferas de pésimo gusto.

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