Las dos próximas entradas vamos a dedicarlas al Altar donde se encuentra expuesto actualmente al culto Nuestro Padre Jesús de las Cadenas. Este Altar fue erigido por la Esclavitud de Nuestra Señora de la Merced, germen fundacional de la actual Hermandad de los Judíos. Veamos pues; Con anterioridad al terremoto de Lisboa, producido el día 1 de Noviembre de 1755, La Esclavitud de Nuestra Señora de la Merced rindió culto a su Titular en el lugar que hoy en día ocupa la entrada a la sacristía. Tras el mencionado terremoto y la entrada en ruina total de la fábrica del Siglo XVI se comienza la construcción del actual convento, con vistas a aliviar gastos y viendo el auge devocional que la Esclavitud tiene, la comunidad decide levantar escritura de cesión de la antigua Capilla de San Cayetano, capilla que ocupaba el lugar que hoy en día ocupa el retablo del Señor de las Cadenas a los Esclavos de la Virgen de la Meced para en ello, acuerdan los esclavos; “establecer y fundar a su costa un altar con su camarín para mayor culto y desensia a dicha imagen, La Virgen, en la testera de dicha Capilla” además la comunidad concede en la misma escritura un terreno de huerta contiguo a este sagrado lugar para la construcción un cuarto donde celebrar cabildos y guardar los enseres y alhajas de la imagen de la Virgen. Todo lo anterior dicho ocurre el 7 de Junio de 1759 así ya no tenemos mas noticias hasta el 6 de Marzo de 1767 en que encontramos una carta de obligación de pago por parte de la Esclavitud a D. Francisco Muñoz Camacho el cual había prestado a la Hermandad 3300 reales de vellón “para la obra de un retablo que se esta construyendo en la capilla que dicho congreso tiene en el referido convento de la Merced” dicha cantidad debía de quedar satisfecha por la Esclavitud en un espacio de 6 años. Lo cierto es que no encontramos ninguna carta de pago en el tiempo estipulado, no siendo hasta 1777 cuando aparece la escritura de cancelación de deuda “a favor de la Hermandad y Esclavitud titulada de Ntra. Sra. De la Merced en dicho convento” tras comprobar el prestamista que la deuda no iba a poder ser saldada por la Esclavitud.
Conocedores de esta historia, y viendo la configuración actual del retablo, la cual es la misma que en el mencionado S XVIII, se nos antoja pensar que ante la falta de recursos la obra quedo inconclusa respecto a lo que tuvo que ser su diseño original el cual tuvo que constar sin duda de un tercer cuerpo a modo de ático y que seria el encargado de rematar el conjunto ya que la crestería en forma de rocallas y las jarras de azucenas que realizan esta función a nuestro entender cortan en seco la ascensionalidad que presenta la obra desde su base.
A modo de hipótesis y sin ningún dato que nos avale podríamos decir que la parte de la obra que quedo sin realizarse debía quedar presidida por la escultura de San Cayetano, recordemos que este fue el antiguo titular del referido espacio, siguiendo con nuestra hipótesis al no quedar acabado el proyecto por la Esclavitud seria el convento el que a sus expensas levantaría un nuevo altar e imagen en honor al Santo, que seria la que a día de hoy conservamos olvidada en el ático del actual altar de San Antonio Abad ya que la primitiva devoción al Santo giro alrededor de un desaparecido cuadro. Diego Díaz Hierro, en su meritorio libro acerca del Convento en lo que respecta a este tema, defiende que, en origen la imagen de San Cayetano de bulto que hasta nuestros días ha llegado fue la que ex profeso se realizara para la hornacina que actualmente ocupa la imagen de San José, para él las imágenes llegarían a sus actuales ubicaciones, tras diversos cambios efectuados en las posteriores centurias. Para nosotros esta teoría queda desechada principalmente por motivos de escala, declarándonos firmes defensores, de que la imagen del Patriarca fue tallada para el lugar que ocupa actualmente.
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